jueves, 4 de febrero de 2010

Consejos para la madre que trabaja fuera de casa

Sin temor a equivocarnos, podemos decir que el "precio" de salir a trabajar es elevado. La mujer sigue con la responsabilidad de atender la casa y la familia y al mismo tiempo debe luchar por salir adelante en un mundo laboral que demanda mucho física y mentalmente. 

Cada vez es más frecuente que la mujer trabaje por fuera del hogar. Algunas lo hacen por necesidad, otras por desarrollar sus intereses personales o profesionales.

No existe una fórmula mágica para alcanzar el equilibrio entre el hogar y el trabajo. Ningún modelo es mejor que el otro en términos de realización personal, ni tiene por qué afectar directamente la marcha del hogar. Lo que cuenta es tener una intención recta.

Si al quedarse en casa la madre lo hace con resentimientos y frustración, la compañía que dará a sus hijos carecerá de alegría y no será fuente de seguridad afectiva. Hay familias con madres de tiempo completo que no marchan bien, así como otras que cuentan con mamá por corto tiempo, pero viven en armonía.

Calidad y tiempo: El mayor riesgo de las madres que trabajan fuera de casa, es que el cansancio y las tensiones la pongan de mal humor, se irrite fácilmente y esté poco dispuesta a compartir su tiempo libre con los hijos. Si esto sucede, será conveniente plantearse la forma de asumir el trabajo y estudiar la posibilidad de buscar ayuda en las labores hogareñas.

Por otra parte el teléfono móvil puede facilitar, usado con prudencia, la cercanía con los hijos

Los niños necesitan una madre atenta y preocupada por sus intereses para sentirse felices y valorados. El corto tiempo que se dispone para los hijos debe ser compensado por la "calidad" de él. 

Pero es bueno no hacerse trampas: un mínimo de tiempo con ellos es esencial. Quizás es bueno realizar en forma entretenida algunas tareas juntos, como las compras, la limpieza de la casa, lavar platos, etc. En este compartir, los niños aprenden del ejemplo que les da su madre y puede ser una buena oportunidad para la comunicación de madre e hijo.

Lo importante no es que se aporte mucho o poco dinero a la casa, salvo cuando ese ingreso es vital para el hogar. Importa más la contribución prudente, serena y profunda al bienestar del hogar. Por último no olvide pedir ayuda a su cónyuge para buscar soluciones a este tema: él debe tener el mismo interés que usted.

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