domingo, 10 de enero de 2016

DEFENDER LA FAMILIA COTIDIANAMENTE

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NOTIVIDAAño XVI, Nº 997, 10 de enero de 2016

DEFENDER LA FAMILIA COTIDIANAMENTE

La convivencia no es sinónimo de familia. Lo más preocupante no es lo que pasa sino que nos vamos “acostumbrando”. Resisitir la revolución cultural anticristiana es tarea de todos, porque todos estamos llamados a ser “testigos de la verdad”.

En su habitual columna en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, reflexionó sobre algunas noticias que van “naturalizando” ataques al orden natural y nos exhortó a hablarles a los chicos y adolescentes de “la vocación al matrimonio”.

El prelado platense destacó que en los casos de “femicidio” suele mencionarse a las “ex parejas” y a los hijos de matrimonios anteriores y se hacen recomposiciones extrañas de algo “que ya no se puede llamar familia”. Otro tanto ocurre con los chismes de la “farándula”, donde se publicitan romances y “adulterios”, ajenos al matrimonio y su estabilidad.

¿Somos conscientes de que la descripción de estos hechos “pone en juego realidades humanas y cristianas fundamentales”? ¿Resistimos o nos prendemos?

Es verdad que es un hecho cultural que se va imponiendo en contra del orden natural y de la moral cristiana pero nosotros estamos para ser testigos de la verdad”.

A continuación el texto completo de la alocución de Mons. Aguer:

“Mis amigos les comenté alguna vez, si no recuerdo mal, que leo todas las noticias y suelo detenerme en las noticias policiales. No hay nada de macabro en esto pues leer esas noticias es saber que pasa a nuestro alrededor y me llama la atención la frecuencia con que aparecen las que se refieren a asesinatos de mujeres. Eso ya ha recibido un nombre específico que es el femicidio o los delitos de género”.

            “Es verdad que no es común que la mujer mate al varón o que lo maltrate, algún caso habrá probablemente, pero las noticias se repiten sobre mujeres asesinadas. ¿Por quién, por sus esposos? En general no se dice “el marido o el esposo” sino que se dice “la pareja, la ex pareja, el novio, el ex novio” y se suele decir que ya había hijos anteriores de parejas anteriores. Vemos que suelen ser un rejunte muy provisorio y ese encuentro ha durado algún tiempo y la mujer ha tenido que soportar los golpes, los insultos, el desprecio. Uno se pregunta: ¿Cómo es posible que se soporte tanto? Y, dolorosamente, vemos que muchas veces finalmente se mata a la mujer y se suele decir que ya estaban separados y hasta con denuncias judiciales que imponen algunas restricciones que no suelen cumplirse. Y van y ocurren las tragedias”.

            “Otra cosa que me llama la atención es que muchas veces la mujer tiene más edad que el varón y que estos suelen ser muchachos jóvenes. Y uno se pregunta ¿qué hay detrás de todo esto, de esta recomposición extraña de algo que ya no se puede llamar familia? Pienso muchas veces cuando leo esas noticias de crímenes en el drama de los chicos y que pasa con los chicos y dónde van a parar. Seguramente estarán las abuelas, alguna tía o lo que fuere pero el cuadro es desolador porque sus padres estarán uno preso y la otra muerta. Es algo tremendo lo que está ocurriendo”.

            “Uno puede decir o sospechar: “ocurrió siempre”. La verdad no sé si ocurrió siempre y no creo que sea como ahora. Habrá habido, ciertamente, varones que abusaban de la mujer pero tengo la impresión que esto se precipita ahora y yo, seguramente ustedes también, lo vemos ahora repetidamente en las noticias”.

            “Y, saliendo del caso criminal, veo también esto: la confusión que hay acerca de lo que es la unión del hombre y la mujer, de lo qué es la pareja digamos. Pareja que, muchas veces, como insinuaba, es despareja”.

            “Y hay otra sección de los diarios que me llama la atención: la denominada farándula. Ahora en la sección espectáculos aparecen los chismes de la “farándula”. Les aseguro que no me prendo en eso pero siempre alguien viene y me cuenta o aparecen entre las noticias de los informativos de la televisión. Se habla del caso de fulanita con fulanito, que son famosos ambos y ella lo pesca en flagrante adulterio con otra, si se puede llamar este caso adulterio, y viene toda una saga que dura semanas y semanas, y da que hablar por parte de todos”.

“Creo que esa proliferación de casos farandulescos me parece que no hace mucho bien. Las señoras, especialmente las señoras mayores, se prenden en todo eso y lo siguen puntualmente. ¡Cuidado, señoras, tengan moderación! Y los jóvenes, que también conocen eso, van como naturalizando el hecho de que la relación de la mujer y del varón, hoy en día, no tiene nada que ver con la estabilidad del matrimonio, con la fundación de una familia, con la destinación del sexo a los hijos”.

“Lo que está en juego aquí son realidades humanas y cristianas fundamentales. Es verdad que es un hecho cultural que se va imponiendo en contra del orden natural y de la moral cristiana pero nosotros estamos para ser testigos de la verdad. Hay que insistir mucho en esto en los chicos, los adolescentes y hay que empezarles a hablar de la vocación al matrimonio, de la vocación al sacramento del matrimonio. Toda esa gente que se casa, todavía, por la Iglesia tiene que tener esto muy claro. Va a la Iglesia para pactar algo delante de Dios y ellos, los esposos, son los ministros que se dan asimismo el sacramento y Dios los bendice y eso es para toda la vida”.

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NOTIVIDA, Año XVI, Nº 997, 10 de enero de 2016

Editores: Lic. Mónica del Río y Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja

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