lunes, 22 de febrero de 2010

Arzobispo Fulton Sheen:

En el día de mi Ordenación, tomé dos decisiones:

1. Que ofrecería la Sagrada Eucaristía todos los sábados, en honor a la Santa Madre, para implorar su protección sobre mi sacerdocio. (La Epístola a los Hebreos ordena al sacerdote ofrecer sacrificios no sólo por los demás, sino también por sí mismo, ya que sus pecados son mayores debido a la dignidad de su oficio).

2. Resolví también que todos los días pasaría una Hora Santa en presencia de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento.

He mantenido ambas decisiones en el curso de mi sacerdocio. La Hora Santa se originó en una práctica que desarrollé un año antes de ser ordenado. La capilla grande del Seminario de San Pablo cerraba a las seis de la tarde; todavía había capillas privadas disponibles para devociones privadas y oraciones nocturnas. Esa tarde en particular, durante el recreo, caminé durante casi una hora, de un lado a otro, por la parte de afuera de la capilla mayor. Un pensamiento me surgió -¿Por qué no hacer una Hora Santa de adoración en presencia del Santísimo Sacramento?- Empecé al día siguiente, hoy la práctica ya lleva más de sesenta años.


 

Expondré brevemente algunas razones por las que he mantenido esta práctica, y por lo que la he fomentado en los demás.


 

Primero, la Hora Santa no es una devoción; es una participación en la obra de la Redención. En el Evangelio de san Juan, Nuestro Santísimo Señor usó las palabras ´hora´ y ´día´ en dos connotaciones totalmente diferentes. ´Día´ pertenece a Dios; la ´hora´ pertenece al maligno. Siete veces en el Evangelio de san Juan, se usa la palabra ´hora´, y en cada instancia se refiere al demonio, y a los momentos en los que Cristo ya no está en las Manos del Padre, sino en las manos de los hombres. En el huerto de Getsemaní, Nuestro Señor contrastó dos ´horas´ -una era la hora del mal ´esta es vuestra hora´- con la que Judas pudo apagar las luces del mundo. En contraste, Nuestro Señor preguntó: ´¿No pueden velar una hora Conmigo?´ En otras palabras, Él pidió una hora de reparación para combatir la hora del mal; una hora de unión víctima con la Cruz para sobreponernos al anti-amor del pecado.

En segundo lugar, la única vez que Nuestro Señor les pidió algo a sus Apóstoles, fue la noche de su agonía. No se lo pidió a todos... tal vez porque sabía que no podía contar con su fidelidad. Pero al menos esperaba que tres le fueran fieles, Pedro, Santiago y Juan. Desde ese momento, y muy seguido en la historia de la Iglesia, el mal está despierto, pero los discípulos están durmiendo. Es por eso que de Su angustiado y solitario Corazón salió el suspiro: ´¿No pueden velar tan solo una hora Conmigo?´. El no rogaba por una hora de actividad, sino por una hora de compañía.

La tercera razón por la que mantengo la Hora Santa es para crecer más y más a semejanza de Él. Como lo plantea san Pablo: ´Nos transformamos en aquello en lo que fijamos nuestra mirada´. Al contemplar el atardecer, la cara toma un resplandor dorado. Al contemplar al Señor Eucarístico una hora, transforma el corazón de un modo misterioso, así como el rostro de Moisés se transformó luego de Su compañía con Dios en la montaña. Nos pasa algo parecido a lo que les pasó a los discípulos de Emaus, el domingo de Pascua por la tarde, cuando el Señor los encontró. Él les preguntó por qué estaban tan tristes, y después de pasar algún tiempo en Su presencia, y oír nuevamente el secreto de la espiritualidad -´El Hijo del Hombre debe sufrir para entrar en Su Gloria´- el tiempo de estar con Él terminó, y sus ´corazones ardían´.

La Hora Santa. ¿Es difícil? Algunas veces parecería ser difícil; podría significar tener que sacrificar un compromiso social, o levantarse una hora más temprano, pero en el fondo nunca ha sido una carga, sólo una alegría. No quiero decir que todas las Horas Santas hayan sido edificantes como, por ejemplo, aquella en la Iglesia de San Roch en París. Entré en la Iglesia alrededor de las tres de la tarde, sabiendo que tenía que tomar un tren a Lourdes dos horas más tarde. Sólo hay unos diez días al año en los que puedo dormir durante el día; y este era uno de esos. Me arrodillé, y recé una oración de adoración, y luego me senté a meditar e inmediatamente me quedé dormido. Al despertar le dije al Buen Señor:´¿Habré hecho una Hora Santa?´ Pensé que Su ángel me decía: ´Bueno, esa es la forma en la que los Apóstoles hicieron su primera Hora Santa en el huerto de Getsemaní, pero no lo hagas otra vez´.

Una Hora Santa difícil que recuerdo fue cuando tomé un tren de Jerusalén a El Cairo. El tren partió a las cuatro de la mañana; eso significó levantarse muy temprano. En otra ocasión en Chicago, una tarde a las siete, le pedí permiso al párroco para entrar a su iglesia para hacer una Hora Santa, ya que la iglesia estaba cerrada. Más tarde él se olvidó de que me había dejado entrar, y me pasé alrededor de dos horas tratando de encontrar una manera de escapar. Finalmente salté por una pequeña ventana y aterricé en la carbonera. Esto asustó al casero, que vino en mi auxilio.

Al principio de mi sacerdocio hacía la Hora Santa durante el día o a la tarde. Al acumularse los años, me volví más ocupado, y hacía la Hora temprano a la mañana, generalmente antes de la Santa Misa. Los sacerdotes, como todas las personas, se dividen en dos clases: gallos y búhos. Algunos trabajan mejor por la mañana, otros durante la noche.

El objetivo de la Hora Santa es fomentar un encuentro personal y profundo con Jesucristo. El santo y glorioso Dios nos invita constantemente a acercarnos a Él, conversar con Él, para pedirle las cosas que necesitamos y para experimentar la bendición de la amistad con Él. Cuando recién nos ordenamos, es fácil darnos por entero a Cristo, porque el Señor nos llena entonces de dulzura, de la misma manera en que una madre le da un caramelo a su bebe para animar su primer paso. El entusiasmo, sin embargo, no dura mucho; rápidamente aprendemos el costo del apostolado, que significa dejar redes y barcos, y contar mesas. La luna de miel termina pronto, como también el engreimiento de oír por primera vez aquel estimulante título de ´Padre´.

El amor sensible o amor humano disminuye con el tiempo, pero el Amor Divino no. El primero concierne al cuerpo, que responde cada vez menos a los estímulos, pero en el orden de la gracia, la respuesta de lo Divino, a lo pequeño, los actos humanos de amor se intensifican.

Ni el conocimiento teológico, ni la acción social sola, son suficientes para mantenernos en amor con Jesucristo, a menos que ambos estén precedidos por un encuentro personal con Él.

Moisés vio la zarza ardiendo en el desierto que no se alimentaba de ningún combustible. La llama, sin alimentarse de nada visible, continuaba existiendo sin destruir la madera. Una dedicación tan personal a Cristo no deforma ninguno de nuestros dones naturales, disposiciones o carácter; sólo renueva sin matar. Como la madera se transforma en fuego, y el fuego perdura, así nos transformamos en Cristo y Cristo perdura.

He descubierto que lleva algún tiempo enfervorizarse rezando. Esta ha sido una de las ventajas de la Hora diaria. No es tan corta como para no permitir al alma abismarse, y sacudirse las múltiples distracciones del mundo. Sentarse ante Su Presencia es como exponer el cuerpo al sol para absorber sus rayos. El silencio en la Hora es como un tête-à-tête con el Señor. En esos momentos, uno no saca tanto oraciones escritas, sino que escucha más. No decimos: ´Oye, Señor, porque Tu siervo habla´, sino ´Habla, Señor, que Tu siervo escucha´.

He buscado muchas veces una manera de explicar el hecho de que nosotros los sacerdotes debemos conocer más a Jesucristo, que más sobre Jesucristo. Muchas traducciones de la Biblia usan la palabra ´conocer´ para indicar la unión carnal de dos-en-uno. Por ejemplo: ´Salomón no la conocía´, lo que significaba que no había tenido relaciones carnales con ella. La Santa Madre le dijo al Ángel en la Anunciación:´No conozco ningún hombre.´ San Pablo exhorta a los maridos a poseer a sus mujeres en ´conocimiento´. La palabra ´conocer´ aquí indica unidad carnal de dos-en-uno. La cercanía de esa identidad proviene de la cercanía de la mente con cualquier objeto que conozca. Ningún cuchillo podría separar mi mente de la idea que ella tiene de una manzana. La unión extática de marido y mujer descrita como ´conocimiento´ debe ser el fundamento de ese Amor por el cual el sacerdote ama a Cristo.

Intimidad es... apertura sin reservas, que no guarda ningún secreto, y revela el corazón abierto a Cristo. Demasiadas veces los amigos son sólo "dos barcos que pasan en la noche". El amor carnal, a pesar de que parece íntimo, a menudo puede ser un intercambio de egoísmos. El ego se proyecta en la otra persona, y lo que se ama no es la otra persona, sino el placer que la otra persona brinda. He notado a lo largo de mi vida que cuando yo retrocedía ante las demandas que el encuentro me había impuesto, me volvía más ocupado, y más preocupado con actividades. Esto me daba una excusa para decir: ´No tengo tiempo´, como un marido que puede absorberse en el trabajo, y olvidarse del amor de su mujer.

Es imposible para mí explicar lo útil que fue la Hora Santa para preservar mi vocación. La Escritura brinda una considerable evidencia para probar que un sacerdote comienza a fallar en su sacerdocio cuando falla en el amor a la Eucaristía. Demasiado seguido se asume que Judas cayó porque amaba el dinero. La avaricia es rara vez el principio del error, y la caída de un embajador. La historia de la Iglesia prueba que hay muchos con dinero que se han quedado en ella. El principio de la caída de Judas, y el fin de Judas, ambos giran en torno a la Eucaristía. La primera vez que se menciona que Nuestro Señor sabía quién era el que lo iba a traicionar, es al final del capítulo seis de san Juan, que es la anunciación de la Eucaristía. La caída de Judas llegó la noche que Nuestro Señor instituyó la Eucaristía, la noche de la Ultima Cena.

La Eucaristía es tan esencial para nuestra unión con Cristo, que ni bien Nuestro Señor la anunció en el Evangelio, comenzó a ser la prueba de fidelidad de Sus seguidores. Primero, perdió las masas, porque era muy duro en sus palabras, y ya no lo siguieron. En segundo lugar, perdió algunos de sus discípulos: ´Ellos ya no caminaron más con Él´. Tercero, dividió su grupo de apóstoles, ya que aquí, Judas es anunciado como el traidor.

Por lo tanto, la Hora Santa, más allá de sus beneficios espirituales, previno mis pies de deambular muy lejos. Estar atado a un Sagrario, la propia soga no es tan larga para encontrar otras pasturas. Esa tenue lámpara del tabernáculo, aunque pálida y difusa, tiene una misteriosa luminosidad para oscurecer el brillo de ´las luces brillantes´. La Hora Santa se volvió como un tanque de oxígeno para revivir el soplo del Espíritu Santo en el medio de la sucia y hedionda atmósfera del mundo. Aún cuando parecía tan poco provechoso, y carente de intimidad espiritual, todavía tenía la sensación de ser al menos como un perro en la puerta de su amo, listo en caso de que me llamase.

La Hora, también, se volvió un magisterio, y una maestra, ya que aunque antes de amar a alguien debemos conocer a esa persona, sin embargo, después sabemos, que es el Amor el que aumenta el conocimiento. Las convicciones teológicas no sólo se obtienen de las dos coberturas de un libro formal, sino de dos rodillas sobre un reclinatorio ante un Sagrario.

Finalmente, haciendo una Hora Santa cada día constituía para mí un área de la vida en la que podía predicar lo que practicaba. Muy pocas veces en mi vida prediqué ayunar en una manera muy rigurosa, ya que siempre el ayuno me pareció extremadamente difícil; pero podía pedirle a otros que hagan la Hora Santa, porque yo lo hacía.

Algunas veces me hubiera gustado haber llevado un registro de las miles de cartas que he recibido de sacerdotes y laicos contándome cómo había sido la práctica de la Hora Santa. Cada retiro para sacerdotes que predicaba tenía la Hora Santa como resolución práctica. Demasiadas veces los retiros son como las conferencias sobre salud. Hay un acuerdo general sobre la necesidad de salud, pero falta una recomendación específica sobre cómo ser saludable. La Hora Santa se transformó en un desafío para los sacerdotes del retiro, y después cuando los videos de mis retiros estaban disponibles para los laicos, era edificante leer sobre los que respondían a la gracia, cumpliendo una hora diaria frente al Señor. Un monseñor, por debilidad ante el alcohol, y el consecuente escándalo, se le ordena dejar su parroquia, y fue puesto a prueba en otra diócesis, de donde vino a mi retiro. Respondiendo a la Gracia de Dios, dejó el alcohol, fue restituido efectivamente en su sacerdocio, siguió haciendo la Hora Santa todos los días, y murió en Presencia del Santísimo Sacramento.

Como ejemplo de la gran amplitud de efectos de la Hora Santa, una vez recibí una carta de un sacerdote en Inglaterra que decía, son sus propias palabras:"Dejé el sacerdocio, y caí en un estado de degradación." Un sacerdote amigo lo invitó a oír el cassette sobre la Hora Santa de un retiro que había predicado. Respondiendo a la Gracia, fue restituido nuevamente al sacerdocio, y se le confió el cuidado de una parroquia. La Divina Misericordia produjo en él, un cambio, y recibí esta carta:

´La semana pasada tuvimos nuestra Solemne Exposición anual del Santísimo Sacramento. Animé a bastantes personas a venir y velar todo el día, y todos los días, y así no teníamos que reservar el Santísimo Sacramento por la falta de personas para velar. La última tarde, organicé una procesión con los Primeros Comulgantes, tirando pétalos de rosas delante del Señor. Los hombres de la parroquia formaron una Guardia de Honor. El resultado fue sorprendente: había más de 250 personas presentes para la procesión fina, y la Hora Santa. Estoy convencido de que nuestra gente está buscando muchas de las viejas devociones que muchas de las parroquias han sacado, y esto pasa porque nosotros los sacerdotes no podemos ser molestados con incomodidades. El año que viene espero que la Exposición Solemne sea aun con más cantidad de gente ya que ahora se está conociendo la noticia. El último par de semanas he empezado un grupo de estudio de la Biblia; esto es para animar a nuestra gente a leer la Palabra de Dios. Comienzo con la lectura de las Escrituras que meditamos esa tarde; luego tenemos una breve exposición del Santísimo Sacramento, y meditación hasta el momento de la Bendición. He empezado también a recorrer las calles alrededor de la parroquia, y rezo Misa cada semana en una casa de cada cuadra, e invito a toda la gente de esa calle a venir y participar. La respuesta ha sido bastante buena, teniendo en cuenta que recién empiezo. No me quiero convertir en un sacerdote activista, así que me levanto temprano hago mi Hora Santa. Aun tengo mis problemas personales para controlar, pero he tomado coraje de sus palabras: ´tendrás que combatir muchas batallas, pero no te preocupes porque al final ganarás la guerra ante el Santísimo Sacramento´.

Muchos laicos que han leído los libros u oído los casettes, también están haciendo la Hora Santa.

Otro de los frutos de la Hora Santa es la sensibilidad a la Presencia Eucarística de Nuestro Divino Señor. Me acuerdo de haber leído en Lacordaire, el famoso orador de la Catedral de Notre Dame en París: ´dame un joven que pueda atesorar por días, semanas y años, el regalo de una rosa, o el apretón de la mano de un amigo´.

Viendo al principio de mi sacerdocio que cuando la sensibilidad y la delicadeza se pierden, los matrimonios se destruyen y los amigos se separan, tome varias medidas para conservar esa responsabilidad. Recién ordenado, y como estudiante en la Universidad Católica de Washington, nunca entraba a clase, sin antes subir la escalera hasta la capilla en Caldwell Hall para hacer un pequeño acto de amor a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento. Mas tarde en la Universidad de Louvain en Bélgica, entraba a visitar a Nuestro Santísimo Señor en cada una de las iglesias por las que pasaba para llegar a clase. Cuando seguí el trabajo de graduación en Roma, y fui a la Angelicum y Gregoriana, visitaba cada iglesia en el camino desde la zona del Trastevere donde vivía. Esto no es nada fácil en Roma, porque hay iglesias en casi todas las esquinas. Fred Allen dijo una vez que Roma tiene una iglesia en una esquina, para que se pueda rezar antes de cruzar la calle, y la iglesia en la otra esquina, para agradecer a Dios de haberlo logrado.

Tiempo después como profesor en la Universidad Católica en Washington, arreglé para poner una capilla al frente de mi casa. Esto es para que siempre pudiera, antes y después de salir, ver la lámpara del Sagrario como una señal para ir a adorar el Corazón de Jesucristo por lo menos por unos pocos segundos. He tratado de ser fiel a esta practica durante toda mi vida, y aun ahora, en el departamento en New York donde vivo, la capilla está entre mi estudio y mi dormitorio. Esto quiere decir que no me puedo mover de un área, de mi pequeño departamento, a la otra sin al menos una genuflexión, y una pequeña jaculatoria a nuestro Señor en el Santísimo Sacramento.

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Capítulo XII de la Autobiografía ´Treasure in Clay'

Cómo tener un noviazgo que prepare para un matrimonio feliz

El noviazgo es una etapa maravillosa, llena de retos. Es una gran aventura, una travesía envuelta de ilusiones donde se aprende a querer y a ser querido. Aquí el corazón está inquieto, bulle como un volcán y qué mejor que aprovechar este momento tan especial y único para conocer al otro, para madurar los sentimientos, y crecer juntos.

Ahora bien, si reducimos este período en salir a bailar, a ir de boliche en boliche, entre otras cosas, el día en que la pareja se cuestione la decisión de contraer matrimonio podrá sentir un gran vacío ya que cuando le llegue la hora de decir en el consentimiento matrimonial 'te acepto por esposo/a', en verdad no se tendrá ni el más mínimo conocimiento del otro en cuanto persona única e irrepetible, sino sólo un conocimiento volátil y superficial. En otras palabras, de lo dicho se deduce que podremos saber si me divierto con él o con ella, si me cae bien, si me gusta físicamente, pero casi no se podría decir nada más.

No resulta extraño en este marco, decir que es capital en el noviazgo la comunicación, y esto es algo a lo cual no deberíamos restarle importancia. En primer lugar, hay que tener en cuenta que esta etapa es previa a un posible matrimonio y por tanto, no se debería descuidar la comunicación en lo que respecta a la propia intimidad, a los proyectos concernientes al matrimonio y familia y a los temas trascendentales de la vida, como indica Gerardo Castillo.

Proyecto familiar

Urge así, hablar de los temas fundamentales de la vida, aquellos en los cuales tendrán que ponerse de acuerdo en la unión matrimonial. Es clave ir forjando un proyecto familiar, teniendo en cuenta que toda persona a lo largo del camino de la vida se fija metas y éstas son las que le van guiando en su caminar así como lo es la rosa de los vientos para cualquier marinero.

Por tanto, el proyecto familiar debe comenzar a formularse desde el noviazgo y luego reformularse con el correr del tiempo. Es muy común observar en las parejas que dicho proyecto no se realiza explícitamente. Sin embargo, ello es muy útil hacerlo puesto que en muchas ocasiones se evitan contradicciones como puede ser el caso a la hora de ponerse de acuerdo en la forma de educar a los hijos.

Si dejamos volar nuestra imaginación, podemos ver al noviazgo como a un marinero en medio de altamar que al mirar al frente, sin ver nada más que agua, le provoca una sensación de inmensidad, donde se le hace sencillo soñar con grandes planes. Precisando un poco más, cabría decir, que soñar es bárbaro, fantástico, pero no hay que olvidar que los proyectos para que sean sólidos es fundamental que se construyan sobre roca, con madurez personal, de lo contrario se puede caer en el error de crearse una novela rosa.

A su vez, no hay que perder de vista, como sostienen muchos autores, como es el caso de Gerardo Castillo (1998), que "una de las causas principales de las crisis conyugales en la actualidad es la inmadurez para el matrimonio. Es preocupante que muchos jóvenes contraigan matrimonio sin tener la capacidad y la preparación necesaria para esa nueva situación. Muchos no son concientes de las exigencias y responsabilidades de la vida conyugal". Veámoslo con el detenimiento necesario.

Como indica el autor mencionado, la madurez para el matrimonio está influenciada con un noviazgo bien llevado. De acuerdo a lo dicho, es capital descubrir el sentido y las cualidades del noviazgo. Ahora bien, ¿qué es el noviazgo?. Para comprenderlo en su profundidad, hay que entender en primera instancia qué es el matrimonio. Éste es una comunidad de vida y amor, es la unión de una con uno y para siempre.

A su vez, no hay qué olvidar que tanto el matrimonio como la familia responden a una estructura natural de la persona, a la tendencia o inclinación natural del varón a la unión con la mujer y viceversa. Dicha inclinación natural es la ley natural sobre el matrimonio. Por tanto, no es fruto de un invento o capricho del hombre, y si éste se le ocurre transgredir dicha ley, el único perjudicado es él mismo, ya que se degrada como persona humana. A modo de ejemplo, es como si un pájaro decide un buen día nadar, ya que al observar a los peces, le resulta más aventurera su vida, pero ¿qué pasaría?, la respuesta es más que obvia, se moriría al instante, ¿no?.

¿Qué es el noviazgo?

Luego de dar una breve síntesis de lo que es el matrimonio, pasaremos a lo que es el noviazgo. Como ya se dijo, éste es la preparación previa al matrimonio. Es recomendable que tenga una duración adecuada, para que los novios puedan conocerse mutuamente lo suficiente para luego decidir responsablemente si quieren contraer matrimonio o no.

En el noviazgo hay una apertura al matrimonio, al menos como posibilidad. Pero si esto se excluye, no hay lugar para hablar de noviazgo, sino que se trataría de otra cosa. Por esta razón, es muy común escuchar estoy saliendo con tal persona, aunque las manifestaciones de afecto no sean propias de amigos. Esta clase de relaciones no implica ningún compromiso por parte de ninguno de los dos, lo cual es un rasgo de inmadurez que tendrá que superarse para contraer matrimonio.

Por otra parte, el noviazgo se diferencia del matrimonio en que no es indisoluble, pero se asemejan en que en ambos la pareja se debe fidelidad. A su vez, cómo el noviazgo no es lo mismo que matrimonio los novios no deberían tener relaciones sexuales. Pero como todo en la vida tiene su fundamento, esto no es una orden producto de un conjunto de personas retrógradas. Éstas son un signo corporal de una donación total mutua, pero hay que tener en cuenta que no es propio del noviazgo la entrega total.

Profundizando un poco más, cuando se dan relaciones íntimas en el noviazgo, no hay una tendencia a la donación total, a la unión, sino que uno se busca así mismo, no se supera el plano individual, sino que uno se mueve en el plano de la curiosidad, especialmente, en las primeras, y como consecuencia se utiliza al otro como un mero instrumento sexual. En pocas palabras, éste comportamiento encierra un gran egocentrismo.

Para entender bien éste hecho, hay que comprender que el obrar sigue al ser, es decir que un matrimonio al tener relaciones manifiestan por medio de su obrar lo que son, una caro, una carne. A su vez, debido a que la persona es una unidad substancial, que es persona encarnada, y que el cuerpo está modalizado en dualidad, la persona encuentra en su cuerpo, el don sincero de sí mismo y la aceptación de la persona amada y la posibilidad de conformar una sola carne.

En unas palabras, es en su misma carne donde la persona puede encontrarse íntimamente con otra para darse así mismo y acoger al otro. Mediante su cuerpo encuentra la dinámica comunicativa por excelencia. En suma, en el noviazgo no hay una entrega total, sino parcial, ya que la totalidad implica no reservarse nada, como por ejemplo la dimensión de la maternidad. Es decir, no habría una entrega total ni esencial (de acuerdo a lo dicho), ni existencial puesto que no se entregaría todas las facetas de la femineidad y masculinidad en toda su duración en el tiempo.

Con otras palabras, el tener relaciones íntimas en el noviazgo podría traducirse con estas simples palabras "me gustas mucho, me lo paso bomba contigo, me atraes un montón pero todavía no quiero entregarte mi vida entera". O sea, "estoy dispuesto a pasar una noche junto a ti, pero no me pidas nada más, en otras palabras, te entrego mi cuerpo, pero no mi vida". Ahora bien, hay una gran contradicción puesto que la entrega del cuerpo es la expresión de la entrega total de la persona, pero la persona o se entrega para siempre, para toda la vida, o de lo contrario no hay lugar para hablar de entrega. De acuerdo a todo lo dicho no se podría hablar de un verdadero amor, pues éste se caracteriza por ser incondicional, y en éste caso no lo es.

No quisiera terminar sin unas palabras de Gerardo Castillo, "El noviazgo sirve para que dos personas de distinto sexo desarrollen, progresivamente, la capacidad de comunicarse y la capacidad de quererse".

El cambio social comienza con la conversión personal, dice el Papa

VATICANO, 21 Feb. 10 / 09:58 am (ACI)

Durante el Ángelus del primer domingo del tiempo de Cuaresma 2010, el Papa Benedicto XVI recordó que para cambiar nuestra sociedad es necesario iniciar con la conversión personal.

Al comentar el pasaje del Evangelio de las tentaciones del Señor, el Papa recordó que "Cristo ha venido al mundo para liberarnos del pecado y de la ambigua atracción de proyectar nuestra vida prescindiendo de Dios. Y lo ha hecho luchando en primera persona contra el Tentador, hasta la Cruz".

"Este ejemplo -agregó- vale para todos: el mundo se mejora comenzando con uno mismo, cambiando, con la gracia de Dios, aquello que no está bien en la propia vida", dijo el Papa. El Pontífice hizo una reflexión sobre las tres tentaciones a las que hace frente Cristo cuando se retira al desierto: "La primera  tiene su origen en el hambre, es decir en la necesidad material".

"Seguidamente el diablo muestra a Jesús todos los reinos de la tierra. El engaño es el poder. Finalmente el Tentador propone a Jesús realizar un milagro espectacular. Y Jesús siempre antepone a los criterios humanos el único criterio auténtico: la obediencia, el conformarse con la voluntad de Dios que es el fundamento de nuestro ser".

"Si llevamos en la mente y en el corazón la Palabra de Dios, si esta entra en nuestra vida, si confiamos en Dios, podemos rechazar todo tipo de engaño del tentador", agregó el Santo Padre.

Al final el Pontífice explicó la Cuaresma como "un largo retiro durante el cual se entra en sí mismo y se escucha la voz de Dios para vencer las tentaciones del Maligno y encontrar la verdad de nuestro ser. Un tiempo a ser vivido con Jesús, no con el orgullo o la presunción sino con las armas de la fe, es decir la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la penitencia".

A continuación el Papa rezó el Ángelus, saludó en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.