viernes, 30 de abril de 2010

«En la casa de mi Padre hay muchas estancias»‪

Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), Carmelita descalza, doctor de la Iglesia
Manuscrito autobiográfico A, 2rº-3rº‬

«En la casa de mi Padre hay muchas estancias»

     Durante mucho tiempo me he preguntado por qué tenía Dios preferencias, por qué no recibían todas las almas las gracias en igual medida... Jesús ha querido darme luz acerca de este misterio. Puso ante mis ojos el libro de la naturaleza y comprendí que todas las flores que él ha creado son hermosas, y que el esplendor de la rosa y la blancura del lirio no le quitan a la humilde violeta su perfume ni a la margarita su encantadora sencillez... Comprendí que si todas las flores quisieran ser rosas, la naturaleza perdería su gala primaveral y los campos ya no se verían esmaltados de florecillas...
     Eso mismo sucede en el mundo de las almas, que es el jardín de Jesús. El ha querido crear grandes santos, que pueden compararse a los lirios y a las rosas; pero ha creado también otros más pequeños, y éstos han de conformarse con ser margaritas o violetas destinadas a recrear los ojos de Dios cuando mira a sus pies. La perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo que él quiere que seamos...
     Comprendí también que el amor de Nuestro Señor se revela lo mismo en el alma más sencilla que no opone resistencia alguna a su gracia, que en el alma más sublime. Y es que, siendo propio del amor el abajarse, si todas las almas se parecieran a las de los santos doctores que han iluminado a la Iglesia [3rº] con la luz de su doctrina, parecería que Dios no tendría que abajarse demasiado al venir a sus corazones. Pero él ha creado al niño, que no sabe nada y que sólo deja oír débiles gemidos; y ha creado al pobre salvaje, que sólo tiene para guiarse la ley natural. ¡Y también a sus corazones quiere él descender! Estas son sus flores de los campos, cuya sencillez le fascina...
Abajándose de tal modo, Dios muestra su infinita grandeza. Así como el sol ilumina a la vez a los cedros y a cada florecilla, como si sólo ella existiese en la tierra, del mismo modo se ocupa también Nuestro Señor de cada alma personalmente, como si no hubiera más que ella.
Pbro. Federico F. Kunz
831 San Miguel Arcángel
El Volcán, San Luis 5701
Argentina
+54 2652 407938
ffkunz@hotmail.com
Skype: Archegos1

sábado, 24 de abril de 2010

Esopo habla al siglo XXI: El perro y su reflejo en el río

Esopo habla al siglo XXI: El perro y su reflejo en el río

Nunca codicies el bien ajeno, pues puedes perder lo que ya has adquirido con tu esfuerzo.

Jose Vaquero

ForumLibertas.com

Fábulas de Esopo

Jerry Pinknei

Siempre nos parece mejor lo de los demás

        Esta semana Esopo nos recuerda que nunca estamos contentos con lo que tenemos. La fábula de El perro y su reflejo en el río es un buen ejemplo de que, actualmente, seguimos cometiendo el mismo error. ¿No seríamos mucho más felices si disfrutáramos de aquello que tenemos?

El perro y su reflejo en el río

"Vadeaba un perro un río
llevando en su hocico un sabroso pedazo de carne.
Vio su propio reflejo en el agua del río
y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro
que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo.
Y deseando adueñarse del pedazo ajeno,
soltó el suyo para arrebatar el trozo a su supuesto compadre.
Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno:
éste porque no existía, sólo era un reflejo,
y el otro, el verdadero, porque se lo llevó la corriente".

         Mi apreciado amigo Esopo: En tu fábula de hoy te muestras un tanto metafísico y filosófico. Este buen perro confundió la realidad con un simple reflejo, una imagen que se desvanece en el agua. Para su consuelo, aunque le sirvió de poco, este fallo lo cometió también un famoso héroe de tu tiempo, Narciso, y alguna que otra zorra, que intentó atrapar un queso (reflejo de la luna) tirándose a un pozo.

        Nada nuevo hay bajo el sol, y en nuestro siglo seguimos cometiendo el mismo error. Vemos un reflejo, una imagen, muchas veces creada de modo artificial, y nos lanzamos tras ella. ¿No hemos oído muchas veces que no es oro todo lo que reluce?

        Pero este buen can cometió, además, otro error: la falsa idea de que "el jardín del vecino es más verde que el propio". Nunca estamos contentos con lo que tenemos, poco o mucho, y anhelamos la casa del otro, el coche del otro, el sueldo del otro. Pero nunca pensamos que, junto con las maravillas del otro, también nos corresponderían sus dolores, sobre todo sus sufrimientos ocultos. ¿No es mejor disfrutar de lo que tenemos, y sonreír ante los buenos y malos momentos?

 


Pbro. Federico F. Kunz
831 San Miguel Arcángel
El Volcán, San Luis 5701
Argentina
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miércoles, 21 de abril de 2010

"Yo sobreviví a un Aborto": Gianna Jessen

Buscando a Gianna

"Hola, haz llamado a 'Alive! Ministries' (Apostolado '¡Con vida!'). Si dejas tu número de teléfono al escuchar la señal, te devolveremos la llamada tan pronto sea posible".

No es fácil comunicarse con Gianna Jessen. Los números de teléfono disponibles, o conducen a una compañía de representantes o directamente a la grabación de 'Alive! Ministries'. La voz pausada, leve, es la de Gianna.

Gianna se toma su tiempo para devolver las llamadas. Y es que, pese a que la joven de rostro pálido y sonrisa rápida es alegre, bromista y extrovertida con los suyos; es prudente y casi tímida con la gente de la prensa.

Alguien alguna vez comentó que esta prudencia se debe tal vez a que las secuelas de su palasia cerebral –que incluyen una nada leve cojera- la hacen insegura; pero esa es una hipótesis difícil de admitir para cualquiera que ha visto la seguridad y humor con los que esta frágil mujercita sobreviviente de un aborto enfrenta auditorios de todo tipo alrededor del mundo.

Más plausible parece ser la hipótesis de quienes sostienen que Gianna debe filtrar sus llamadas porque, junto con las multitudinarias muestras de admiración, también ha sabido atraer oscuros e inimaginables odios de quienes defienden el aborto. Que esa sea la razón por la cual no contesta directamente el teléfono es solo una hipótesis, y no algo que Gianna diga de sí. Sin embargo, que hay personas que tienen un encono contra ella no es una hipótesis. Es una increíble realidad.

¿Cómo es posible que esta mujer con cara de niña y andar frágil, que ha convertido su vida en un testimonio a favor de la vida, desde cómo sobrevivió a un aborto, cómo perdonó a su madre biológica y cómo comprende a las mujeres que abortan, pueda atraer el odio de alguna gente? Difícil saberlo. Los teólogos dirían simplemente "mysterium iniquitatis", el misterio de la iniquidad. Para un periodista, simplemente no hay explicación.

Pero los insultos, las burlas, los gritos furiosos y hasta las amenazas que ha enfrentado Gianna en su vida pública no son una invención. Ni han abundado, ni han sido parte importante de su vida, es cierto, pero están allí, concretos, con su misteriosa y oscura presencia.

Gianna no pretende llevar estos episodios de su vida de imparable promotora de la vida, ni como cicatrices ni como condecoraciones... pero si una máquina contestadora puede ahorrarle algunos encuentros con ese mundo de mezquindad, a buena hora... Aunque eso haya influido en que fueren necesarias seis semanas y más de 50 llamadas para ponerse en contacto con ella.

Una sobreviviente ante el Congreso

"Mi nombre es Gianna Jessen. Tengo 19 años de edad. Soy originaria de California pero ahora vivo en la ciudad de Franklin, en Tennessee. Soy adoptada y sufro de Palasia Cerebral".

Alguien dijo alguna vez que la escena que sirvió de marco para estas palabras se prestaba para un remake contemporáneo de "Daniel ante el Foso de los Leones". Una exageración, sin duda, pero no una invención. La que hablaba era una Gianna Jessen que aparecía demasiado pequeña, demasiado leve frente al micrófono que amplificaba su voz -en la primavera de 1986- ante el Subcomité de Constitución del Congreso más poderoso del mundo en la ciudad de Washington D.C.

Pequeña, pero ni temblorosa ni insegura. Ya no era la Gianna que a los 14 años acabó su presentación ante un Comité similar en California temblando y al borde del llanto, en medio de las burlas vociferantes de un contingente de abortistas, tal vez prometiéndose no volver más a un estrado. Gianna sonaba ahora serena, firme y hasta bromista, dispuesta a contar su increíble historia.

"Mi madre biológica tenía 17 años y 7 meses y medio de embarazo cuando decidió abortarme por el proceso de inyección salina. Yo soy la persona que ella abortó. Viví en vez de morir", siguió el testimonio de Gianna ante el Congreso. ¿Cómo apretar una vida tan peculiar, tan llena de sorprendentes giros, en una exposición de breves minutos? Eso es lo que Gianna intentaba hacer en el corto tiempo que le había concedido el Comité para que diera su testimonio. Un testimonio que, si producía el efecto deseado en los congresistas, podía llevar a una legislación que salvara la vida de cientos de miles de niños en los vientres maternos.

"Mi madre estaba en la clínica y programaron el aborto a las 9 de la manaña -siguió Gianna con su relato-. Afortunadamente para mí, el abortista no estaba en la clínica al yo nacer a las 6 de la manaña del 6 de Abril de 1977. Me apresuré. Estoy segura que si él hubiera estado allí, yo no estaría aquí hoy, ya que su trabajo es terminar la vida, no sostenerla. Hay quien dice que soy un 'aborto fracasado', el resultado de un trabajo mal hecho", dijo Gianna.

Una mujer confundida

Gianna, por razones de tiempo y de política, se veía obligada a sintetizar al máximo su testimonio ante el congreso, pero si hubiera podido contar todo con calma, hubiera relatado con todos sus detalles su conmovedora y sorprendente historia. Y es que la historia de Gianna, la historia de una vida con un final feliz, comienza con un largo capítulo triste, sin el cual hoy sería imposible comprender su vida y su propio compromiso a favor de la vida: la historia de Tina.

La vida de Tina, la madre biológica de Gianna, no sería hoy conocida si no fuera por la tenacidad de Jessica Shaver, una reportera pro-vida norteamericana que no quiso concluir la primera biografía de Gianna -un inspirador libro titulado "Gianna: Abortada… y vivió para contarlo" sin contar con todas las piezas del rompecabezas. Y para dar con la madre biológica de Gianna –la pieza clave que Shaver no quiso dejar de lado en su reconstrucción biográfica-, no dudó en contratar a un veterano investigador privado para reconstruir pacientemente la azarosa vida de la joven de 17 años que en abril de 1977, confundida y aletargada, llegó a una ciudad de Los Angeles amenazadora e iridiscente para hacerse un aborto que, de haber concluido como estaba previsto -y como concluyen la inmensa mayoría de los abortos- hoy nadie podría contar la historia de Gianna.

Tras un paciente trabajo, y cuando parecía que era imposible encontrar la aguja llamada Tina en la inmensidad del pajar norteamericano, en marzo de 1992, el investigador privado se comunicó con Shaver para darle la buena noticia, a la que la periodista casi había renunciado: había encontrado a Tina. Más aún, no sólo la había hallado, sino que actualmente estaba casada, recordaba todo lo acontecido aquel día del aborto y tras algunos momentos de duda y confusión, había aceptado llamar a Shaver y concertar una cita para aportar su propio lado, el lado faltante del inicio de la historia de Gianna y de las "razones" por las que estuvo a punto de perder la vida.

Pero la periodista sólo pudo escuchar la tremenda historia de Tina en abril de 1993, cuando ésta llamó a Shaver para decirle, no sin temor, que se sentía lista para contar su historia.

Ambas mujeres se encontraron en un restaurante de la popular cadena Denny's y en medio del provocativo olor de patatas fritas, la oculta historia de Tina fue, poco a poco, saliendo a la luz.

domingo, 18 de abril de 2010

La mirada ante la vocación

 
 

Juan Manuel Roca

Cómo acertar con mi vida

Todo lo anterior vale para el encuentro entendido en su sentido más amplio y general: pequeños y grandes descubrimientos, percepción de verdades, valoración de los demás, etc. Pero de una manera especialísima se refiere al encuentro con la propia vocación.


 

Ya hemos dicho que el encuentro no siempre se produce, y que hay diversos factores que influyen en ese hecho: unos exteriores –al menos en parte–, como la oportunidad del momento, y otros que dependen de una serie de disposiciones personales del sujeto (he enumerado: apertura, atención y disponibilidad). Pues bien, ¿qué condiciones deben darse en la mirada para que la libertad y la verdad puedan encontrarse, haciendo posible descubrir y realizar la vocación personal? He aquí algunas:


 

Generosidad. El encuentro con la vocación no se puede dar en forma de dominio o posesión. Generosidad procede del latín "gignere" (engendrar). Es generoso el que crea vida, la otorga y la incrementa. Si se mira la vocación con criterios de utilidad-para-mí se rebaja. El egoísmo, el encerrarse en sí mismo constituyéndose en centro, criterio y fin de todo, es el camino más directo hacia la propia autodestrucción e infelicidad.


 

Disposición abierta. Es estar a la escucha y atender. Estar disponibles exige no estar repletos de sí mismos, y también no ir con prisas, en un activismo desbordante que no permite interesarse por nada que no parezca "urgente". Parece como si nos realizáramos siempre hacia fuera, y nunca hacia dentro. Decía Pascal: "han caído sobre nosotros todos los males porque el hombre no sabe sentarse solo tranquilamente en una habitación".


 

Integrar en lo mejor de nosotros mismos. Quien se mueve sólo en el ámbito sensorial, en el nivel de los sentimientos, sensaciones e impresiones, se termina encontrando aislado. Hay que respetar todos los modos de ser de la realidad, y ciertas realidades –como la vocación–, para ser conocidas adecuadamente, exigen una mirada profunda, interior; piden ser integradas en nuestra intimidad: sólo en ese nivel se da la escucha de la que acabamos de hablar. Esto requiere evitar la dispersión, pues el pensamiento superficial va unido a una vida superficial. La actitud habitual que otros llaman recogimiento nos capacita para dominarnos interiormente y dominar la vida desde el ámbito de nuestra verdad más profunda y personal.


 

Veracidad. Encontrarse con la verdad –ya lo hemos visto– no es simplemente estar cerca de ella, sino integrarla en uno mismo, reconocerla como verdad sobre sí mismo. La verdad más radical que el hombre puede encontrar en esta vida es la verdad personal: su vocación. Y si no se llega al encuentro con la vocación, no hay una tarea asumible como sentido de la existencia, no hay coherencia posible, ni verdadera libertad: se vive de la casualidad.


 

Respeto. Respetar es estimar, estar a la vez cerca y a cierta distancia (cuando se invade posesivamente lo que se tiene cerca, se lo deforma para adaptarlo a la propia conveniencia). Toda vocación es un encuentro con Cristo y para eso es necesario estar cerca, crear vínculos. El distanciamiento, sosiego espiritual, clarifica la mirada para discernir lo que nos es dado. El respeto hace apreciar la vocación como algo tan propio y tan familiar que es mío y, a la vez, como un don recibido que no debo manipular, sino acoger y secundar.


 

Actitud de agradecimiento. Capacidad de asombrarse ante lo valioso, que lleva a aceptarse a sí mismos por ser nuestra vida un don inmenso e inmerecido. La gratitud es una de las actitudes básicas del ser humano, y se ha de dirigir hacia Dios, dador de la existencia y de la gracia, y hacia los hombres (D. Von Hildebrand). El gran enemigo del hombre es la indiferencia porque en la indiferencia todo se reduce, todo da lo mismo porque todo es lo mismo, ya que en última instancia todo acabará con la muerte (Libro de la Sabiduría, cap. IX). Con razón se ha dicho que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. En la gratitud viven la verdad, la libertad, la humildad, la bondad y la magnanimidad. Agradecer –como amar, alabar y glorificar– pertenece a la vida que permanecerá en la eternidad sin fin.


 

Confianza. Abrirse a la vocación significa entrega y eso implica cierta dosis de riesgo. Algunos querrían contar con una absoluta seguridad –estar, no ya seguros, sino asegurados– a la hora de decidir sobre su futuro, y la única seguridad inconmovible en esta vida es Dios: Si no se pone la confianza en Dios, que no engaña ni traiciona, entonces toda seguridad parece poca –con razón– y la indecisión se instala en el ánimo.


 

Compromiso en los valores. Es necesario contemplarse dinamizado interiormente por Dios, comprender la belleza de pertenecer enteramente a Dios. La virtud de la magnanimidad -muy relacionada con la humildad y con la fortaleza- consiste en la disposición del ánimo hacia las cosas grandes y la llama Santo Tomás ornato de todas las virtudes. El magnánimo se plantea ideales altos y no se amilana ante las críticas ni los desprecios, no se deja intimidar por los respetos humanos, le importa más la verdad que las opiniones. Cultiva un alma grande donde caben muchos. En sus decisiones no media la cicatería, ni el cálculo egoísta, ni la trapisonda interesada. No se conforma con dar, se da.


 

Fidelidad y paciencia. Paciencia es respetar los ritmos naturales. Es imprescindible la paciencia con nuestros defectos: estar alegres, tranquilos, contentos, a pesar de descubrir en nuestra vida tantas lagunas y de percibir, tantas veces, que podríamos amar más y mejor. No se trata de ser imperturbables o resignados: ser pacientes supone energía interior, fuerza espiritual hacia dentro de nosotros y hacia fuera, hacia el trabajo que debemos llevar adelante, pero con plena conciencia de que nada que valga la pena se consigue con solo desearlo. La paciencia es comprender en profundidad al hombre, como lo comprende Dios, que cuenta con nuestros defectos y nos da su confianza y su gracia para vencerlos. Y la paciencia engendra fidelidad.

sábado, 17 de abril de 2010

Día Internacional de la Madre Tierra. Indigenismo, marxismo y panteísmo. La Cumbre de Cochabamba. La Declaración del bien común de la tierra.

El próximo 22 de abril se celebrará oficialmente, por primera vez, el Día Internacional de la Madre Tierra.

Recordemos que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en 2009 que, el día 22 de abril, denominado Día Mundial de la Tierra, desde ese momento fuera celebrado como el Día Internacional de la Madre Tierra. La propuesta fue presentada al plenario de la ONU por el presidente de Bolivia, Evo Morales, y respaldada por más de 60 países, (vid NG 436, 771, 772, 831, 846, 848, 850, 863, 891, 958, 963, 970, 996). La resolución fue redactada por Leonardo Boff, que pudo dirigirse a la Asamblea porque fue incorporado como miembro de la delegación del gobierno de Brasil (vid. NG 808, 809, entre otros).

En su afán cristofóbico las Naciones Unidas fomentan el panteísmo neomarxista, promovido por sacerdotes renegados como Miguel D'Escoto y Leonardo Boff, y por sectarios indigenistas como Evo Morales, que lleva adelante, en Bolivia, un sistemático plan de vuelta a la idolatría y al paganismo, imponiendo violentamente el retorno a los dioses ancestrales y el culto a la Pachamama, (vid. NG 958, 963, 970, 974).

Indigenismo, marxismo y panteísmo

En Managua, el 28 de febrero pasado, Miguel D'Escoto y Leonardo Boff, como uno de los comisionados de la Carta de la Tierra, con el padrinazgo del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dieron a conocer el proyecto de Declaración universal del bien común de la madre tierra y de la humanidad, que será presentado en la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra, que se realizará en Cochabamba, Bolivia, del 20 al 22 de abril. La conferencia, también llamada Cumbre de Cochabamba, tiene el respaldo del Foro Social Mundial en Porto Alegre.

A la vez, Nicaragua se convirtió en el primer país en adherir a ese documento, y el 2 de marzo, el ministro de educación del gobierno de Ortega, Miguel de Castilla, anunció que a partir de este año los contenidos de la Declaración de los Derechos de la Madre Tierra formarán parte del curriculum escolar obligatorio de ese país.

La Cumbre de Cochabamba

La Cumbre de Cochabamba es una contra-cumbre organizada por el neomarxismo latinoamericano como contraposición a la fracasada XV Conferencia Internacional sobre Cambio Climático de Copenhague (7 al 18 de diciembre de 2009); por decirlo de algún modo es la respuesta del panteísmo neomarxista al panteísmo capitalista.

La Declaración del bien común de la tierra

La Declaración universal del bien común de la madre tierra y de la humanidad es expresión de los delirios panteístas a los que nos tiene acostumbrados Leonardo Boff.

Sólo como ejemplo, citamos el primer párrafo: "La Tierra forma con la Humanidad una única entidad, compleja y sagrada (…) la Tierra es viva y se comporta como un único sistema autorregulado formado por componentes físicos, químicos, biológicos y humanos que la hacen propicia a la producción y reproducción de la vida y que por esto es nuestra Gran Madre y nuestro Hogar común. Tomando en cuenta que la Madre Tierra es compuesta por el conjunto de los ecosistemas en los cuales generó una multiplicidad magnífica de formas de vida, todas interdependientes y complementarias, formando la gran comunidad de vida, y que existe un lazo de parentesco entre todos los seres vivos porque todos son portadores del mismo código genético de base que funda la unidad sagrada de la vida en sus múltiplas formas y que, por lo tanto, la Humanidad es parte de la comunidad de vida y el momento de conciencia y de inteligencia de la propia Tierra haciendo que el ser humano, hombre y mujer, sea la misma Tierra que habla, piensa, siente, ama, cuida y venera".

Dicho esto, el texto reafirma el neomarxismo indigenista, expresión del nuevo rostro de la teología de la liberación, diciendo: "El Bien Común supremo y universal, condición para todos los demás bienes, es la misma Tierra que, por ser nuestra Gran Madre, debe ser amada, cuidada, regenerada y venerada como nuestras madres. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad pide que entendamos la Tierra como viva y sujeto de dignidad. No puede ser apropiada de forma individual por nadie, ni hecha mercancía, ni sufrir agresión sistemática por ningún modo de producción. Pertenece comunitariamente a todos los que la habitan y al conjunto de los ecosistemas".

Recordamos las declaraciones de Leonardo Boff en Buenos Aires cuando dijo: "Cuanto más diversidad mejor. Lo mismo con las culturas. Cuanto más expresiones religiosas, más facetas de Dios. Que se manifiesta de mil maneras"; (…) "todos somos hermanos y hermanas a raíz de eso. Nosotros lo sabemos por bagaje científico, San Francisco lo sabía. Lo mismo un gusano que un chimpancé que nosotros. Todos hermanos o primos hermanos. Tal vez el chimpancé tiene escondidos los 2 genes que lo diferencian del ser humano, tal vez es el futuro del humano".

"La especie humana, está condenada a hacer lo que hace porque es un parásito de la tierra" (...) "Es mucho mejor para la Tierra que desaparezca ese cáncer. La Tierra puede seguir tranquila desarrollando otra forma de vida, infraestructura biológica candidata a sucedernos. Portadora de espiritualidad". (....) "Las religiones abrahámicas son las más violentas, porque se creen portadoras de la verdad, como el Papa en Ratisbona. Lo necesario es la espiritualidad, no los credos y las doctrinas" (NG 808). FIN, 15-04-10

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NOTICIAS GLOBALES es un boletín de noticias sobre temas que se relacionan con la PROMOCIÓN Y DEFENSA DE LA VIDA HUMANA Y LA FAMILIA. Editor: Pbro. Dr. Juan Claudio Sanahuja; E-mail: noticiasglobales@noticiasglobales.org ; http://www.noticiasglobales.org ;

Citando la fuente y el nombre del autor, se autoriza la reproducción total o parcial de los artículos contenidos en cada número del boletín.

GUERRA A LA IGLESIA

por MARCELLO PERA
Fuente: Corriere della Sera, Milán, 17-03-2010

 
¡¡¡Esta guerra al cristianismo, no sería tan peligrosa si los cristianos la advirtiesen!!!
 
Por su especial interés damos a conocer una carta al director del periódico Corriere della Sera firmada por Marcello Pera. Pera es Senador de la República Italiana y profesor de filosofía, no es católico. Escribió diversos libros sobre la identidad cristiana de Europa, entre los que destacan: Senza radici, Pera, Marcello y Ratzinger, Joseph, Ed. Mondadori, Milano 2004; Perché dobbiamo dirci cristiani, Ed. Mondadori, Milano 2008, con prefacio del Papa Benedicto XVI.-
Carta de Marcello Pera al Director del  Corriere della Sera, Milán, 17-03-2010, pag. 23. (Hemos resaltado algunos párrafos de la carta en negritas).
 
..... los sacerdotes pedófilos y el Papa
 
Estimado director:
 
          La cuestión de los sacerdotes pedófilos u homosexuales desencadenada últimamente en Alemania tiene como objetivo al Papa. Pero se cometería un grave error si se pensase que el golpe no irá más allá, dada la enormidad temeraria de la iniciativa. Y se cometería un error aún más grave si se sostuviese que la cuestión finalmente se cerrará pronto como tantas otras similares. No es así. Está en curso una guerra. No precisamente contra la persona del Papa ya que, en este terreno, es imposible. Benedicto XVI ha sido convertido en invulnerable por su imagen, por su serenidad, su claridad, firmeza y doctrina. Basta su sonrisa mansa para desbaratar un ejército de adversarios.
 
          No, la guerra es entre el laicismo y el cristianismo. Los laicistas saben bien que, si una mancha de fango llegase a la sotana blanca, se ensuciaría la Iglesia, y si fuera ensuciada la Iglesia lo sería también la religión cristiana. Por esto, los laicistas acompañan su campaña con preguntas del tipo «¿quién más llevará a sus hijos a la Iglesia?», o también «¿quién más mandará a sus chicos a una escuela católica?», o aún también «¿quién hará curar a sus pequeños en un hospital o una clínica católica?».
 
         Hace pocos días una laicista ha dejado escapar la intención. Ha escrito: «La entidad de la difusión del abuso sexual de niños de parte de sacerdotes socava la misma legitimidad de la Iglesia católica como garante de la educación de los más pequeños». No importa que esta sentencia carezca de pruebas, porque se esconde cuidadosamente «la entidad de la difusión»: ¿uno por ciento de sacerdotes pedófilos?, ¿diez por ciento?, ¿todos? No importa ni siquiera que la sentencia carezca de lógica: bastaría sustituir «sacerdotes» con «maestros», o con «políticos», o con «periodistas» para «socavar la legitimidad» de la escuela pública, del parlamento o de la prensa. Lo que importa es la insinuación, incluso a costa de lo grosero del argumento: los sacerdotes son pedófilos, por tanto la Iglesia no tiene ninguna autoridad moral, por ende la educación católica es peligrosa, luego el cristianismo es un engaño y un peligro.
 
         Esta guerra del laicismo contra el cristianismo es una batalla campal. Se debe llevar la memoria al nazismo y al comunismo para encontrar una similar. Cambian los medios, pero el fin es el mismo: hoy como ayer, lo que es necesario es la destrucción de la religión. Entonces Europa, pagó a esta furia destructora, el precio de la propia libertad. Es increíble que, sobre todo Alemania, mientras se golpea continuamente el pecho por el recuerdo de aquel precio que ella infligió a toda Europa, hoy, que ha vuelto a ser democrática, olvide y no comprenda que la misma democracia se perdería si se aniquilase el cristianismo.
 
          La destrucción de la religión comportó, en ese momento, la destrucción de la razón. Hoy no comportará el triunfo de la razón laicista, sino otra barbarie. En el plano ético, es la barbarie de quien asesina a un feto porque su vida dañaría la «salud psíquica» de la madre. De quien dice que un embrión es un «grumo de células» bueno para experimentos. De quien asesina a un anciano porque no tiene más una familia que lo cuide.
 
         De quien acelera el final de un hijo porque ya no está consciente y es incurable. De quien piensa que «progenitor A» y «progenitor B» es lo mismo que «padre» y «madre». De quien sostiene que la fe es como el coxis, un órgano que ya no participa en la evolución porque el hombre no tiene más necesidad de la cola y se mantiene erguido por sí mismo.
 
          O también, para considerar el lado político de la guerra de los laicistas al cristianismo, la barbarie será la destrucción de Europa. Porque, abatido el cristianismo, queda el multiculturalismo, que sostiene que cada grupo tiene derecho a la propia cultura. El relativismo, que piensa que cada cultura es tan buena como cualquier otra. El pacifismo que niega que exista el mal.
 
        Esta guerra al cristianismo no sería tan peligrosa si los cristianos la advirtiesen. En cambio, muchos de ellos participan de esa incomprensión. Son aquellos teólogos frustrados por la supremacía intelectual de Benedicto XVI. Aquellos obispos equívocos que sostienen que entrar en compromisos con la modernidad es el mejor modo de actualizar el mensaje cristiano. Aquellos cardenales en crisis de fe que comienzan a insinuar que el celibato de los sacerdotes no es un dogma y que tal vez sería mejor volver a pensarlo. Aquellos intelectuales católicos apocados que piensan que existe una «cuestión femenina» dentro de la Iglesia y un problema no resuelto entre cristianismo y sexualidad. Aquellas conferencias episcopales que equivocan en el orden del día y, mientras auspician la política de las fronteras abiertas a todos, no tienen el coraje de denunciar las agresiones que los cristianos sufren y las humillaciones que son obligados a padecer por ser todos, indiscriminadamente, llevados al banco de los acusados. O también aquellos embajadores venidos del Este, que exhiben un ministro de exteriores homosexual mientras atacan al Papa sobre cada argumento ético, o aquellos nacidos en el Oeste, que piensan que el Occidente debe ser «laico», es decir, anticristiano.
 
         La guerra de los laicistas continuará, entre otros motivos porque un Papa como Benedicto XVI, que sonríe pero no retrocede un milímetro, la alimenta. Pero si se comprende por qué no cambia, entonces se asume la situación y no se espera el próximo golpe. Quien se limita solamente a solidarizarse con él es uno que ha entrado en el huerto de los olivos de noche y a escondidas, o quizás es uno que no ha entendido para qué está allí.
 
         Marcello Pera
http://www.marcellopera.it

EL PAPA ADVIERTE CONTRA LOS ABUSOS EN LA MISA


 

Esta actitud, afirma, procede de "no creer en una real intervención divina"


 

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 15 de abril de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI advirtió contra las "ambigüedades" y "reduccionismos" que en ocasiones se producen en la celebración eucarística, al recibir hoy a los obispos de la Región Norte 2 de Brasil, en visita ad limina Apostolorum.

Tras una introducción, el Papa hizo partícipes a los prelados de la "preocupación del Sucesor de Pedro por todo lo que pueda ofuscar el punto más original de la fe católica: hoy Jesucristo continua vivo y realmente presente en la hostia y en el cáliz consagrados".

Según el Papa, "una menor atención que en ocasiones se ha prestado al culto del Santísimo Sacramento es indicio y causa de oscurecimiento del sentido cristiano del misterio".

Esto sucede cuando en la Santa Misa "ya no aparece como preeminente y operante Jesús, sino una comunidad atareada con muchas cosas en vez de estar en recogimiento y de dejarse atraer a lo Único necesario: su Señor".

"Si en la liturgia no emergiese la figura de Cristo, que está en su principio y que está realmente presente para hacerla válida, ya no tendríamos la liturgia cristiana, toda dependiente del Señor y toda suspendida de su presencia creadora".

Esta realidad, explicó el Papa, está "muy distante" de quienes, "en nombre de la inculturación, caen en el sincretismo introduciendo ritos tomados de otras religiones o particularismos culturales en la celebración de la Santa Misa".

Advirtió, especialmente, contra la reducción del "sacrificio" en mero "encuentro fraterno", sin valor salvífico.

El misterio eucarístico es un "don demasiado grande para soportar ambigüedades y reducciones", particularmente cuando, "despojado de su valor sacrificial, es vivido como si en nada sobrepasase el sentido y el valor de un encuentro fraterno alrededor de la mesa"

Debajo de los motivos que aducen los defensores de esta postura, afirmó el Papa, está "una mentalidad incapaz de aceptar la posibilidad de una real intervención divina en este mundo en socorro del hombre".

"La confesión de una intervención redentora de Dios" para cambiar la situación de alienación y de pecado en el hombre "es vista, por cuantos participan de la visión deísta, como integrista, y el mismo juicio se hace a propósito de un signo sacramental que hace presente el sacrificio redentor. Más aceptable, a sus ojos, sería la celebración de una señal que corresponda a un vago sentimiento de comunidad".

Sin embargo, rebatió el Papa, el culto "no puede nacer de nuestra fantasía; sería un grito en la oscuridad o una simple autoafirmación".

"La verdadera liturgia supone que Dios responda y nos muestre cómo podemos adorarlo", subrayó.

Sin embargo, aclaró, esta actitud de recepción ante el misterio de Dios "no significa volverse pasivo o desinteresarse de lo que allí acontece, sino cooperar – porque nos volvemos capaces de actuar por la gracia de Dios".

"Lo que la Iglesia es humano se debe ordenar y subordinar a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación, y el presente a la ciudad futura que buscamos", concluyó.

¡Gracias por ser sacerdote!


 

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

No resulta fácil ser sacerdote. Por las críticas de algunos familiares, que no comprenden por qué un joven deja la carrera o el trabajo para ir al seminario. Por la sonrisa compasiva de amigos, que ven cómo queda "arruinado" un futuro que parecía prometedor. Por la mirada de gente anónima, que espera el día en que la Iglesia deje de existir sobre la tierra...

Pero hay y habrá sacerdotes porque hay y habrá hombres dispuestos a responder a un Amor más grande. Cada una de sus historias se explican desde la llamada del Dios que vino al mundo para curar heridas, para limpiar pecados, para encender esperanzas, para enseñar senderos de cariño verdadero.

Miles y miles de sacerdotes han seguido y siguen las huellas del Maestro. Con su mirada y su palabra, con su silencio y su sonrisa, con sus manos temblorosas al tomar el pan y decir palabras divinas, con su s pies cansados tras recorrer caminos polvorientos o ciudades llenas de bombillas y vacías de ilusiones verdaderas.

Gracias a tantos sacerdotes hay novios que maduran en su amor fresco y tierno, hay esposos que crecen en el camino de la vida, hay ancianos que miran al cielo mientras se apoyan en un nieto inquieto, hay niños que sonríen porque empiezan a conocer la historia de Jesús el Nazareno.

Gracias al sacerdote miles de hombres y mujeres han escuchado la Palabra, y han recibido el Cuerpo del Hijo Amado. El Amor se hizo Pan tierno, la esperanza surgió con nuevas fuerzas, la fe quedó nuevamente iluminada, la justicia se hizo presente en un mundo hambriento y dolorido.

Gracias a un sacerdote fui acogido en la Iglesia con las aguas del bautismo. Gracias a muchos sacerdotes recibí el perdón en confesiones sencillas e infantiles, o más profundas mientras crecía en estatura y problema s. Gracias a muchos sacerdotes encontré palabras de consuelo, luz para las dudas, reflexión para tomar opciones decisivas, invitaciones a dejar egoísmos y a compartir mis bienes y mi tiempo con tantos hermanos deseosos de encontrarse con Jesús el Nazareno.

Muchos sacerdotes, en los casi 2000 años de nuestra Iglesia, ya están con Dios. Fueron misioneros, como Francisco Javier. Fueron amigos de esclavos, como Pedro Claver. Fueron confesores apasionados, como el cura de Ars o el Padre Pío. Fueron consejeros de almas, como Francisco de Sales. Fueron soldados del Evangelio y defensores del Papa, como Ignacio de Loyola. Fueron callados testigos de Dios en el desierto, como Charles de Foucauld.

A los sacerdotes de ayer y los de hoy, a los que yacen enfermos y a los entusiastas por su juventud perenne, a los que trabajan entre libros y a los que no paran de ir de casa en casa... A tantos sacerdotes enamorados de Cris to, testigos de amor y compañeros de esperanza, de corazón, ¡gracias, gracias, gracias!

jueves, 8 de abril de 2010

¿En qué universo vivimos, en qué mundo nos encontramos?

Alberto Sáenz Enríquez

Tue, 13 Oct 2009 17:00:00


 

CAMINEO.INFO / GAMA.- Estamos en el tercer planeta del sistema solar, o sea, el tercero que circula alrededor del sol, entre otros cinco más y uno más lejano, Plutón, al que se le ha negado últimamente la categoría de planeta por su dimensión minúscula.
 
Nuestro sol es una estrella como las miríadas que contemplamos por las noches, pero la vemos tan grande por su cercanía y  es la que nos sustenta con su energía su calor y su luz.

Esa estrella que es nuestro sol forma parte de un enjambre de más de cien mil millones de ellas al que llamamos Vía Láctea.

Vía láctea significa "camino de leche" porque los antiguos griegos veían el filo o perfil de ella  como una corriente de leche vertida por el cántaro de una diosa.

Hay millones de galaxias en el universo, con cientos o miles de millones de estrellas en cada una.

Nuestra galaxia es una de las enormes, hay otras más reducidas y casi todas tienen forma de remolino, espiral o de un inmenso huevo, y algunas la tienen como una madeja enredada y confusa.

Nuestra Vía Láctea posee una hermana gemela, casi idéntica en forma y dimensiones que es la más cercana a la nuestra, llamada Galaxia de Andrómeda.

El sol está en el extremo de uno de los brazos de la Vía Láctea, siendo allí un punto de luz.

Nuestro sol es una estrella comparativamente minúscula. Si tuviera el tamaño de una matatena, Aldebarán, Betelgeuse o Arturo parecerían a su lado balones de fútbol.

Si miramos hacia las estrellas, parecen cercanas unas a las otras, pero los grandes astrónomos como Shapley o Sandage nos aclaran que una estrella se encuentra a una distancia de otra como la de una abeja en Nueva York respecto de otra en Los Ángeles.

Están así de alejadas porque de otro modo colisionarían por causa de la gravedad.

Los planetas se sostienen en el sistema solar por la gravedad, pero las estrellas no están en la galaxia por causa de ésta.

Lo que las mantiene suspendidas es una causa desconocida y por ello los físicos teorizan la existencia de una "materia oscura" que nadie sabe qué es.

Cuanto he nombrado aquí como "estrellas" son en verdad sistemas estelares: sistemas binarios, ternarios cuaternarios etc. de dos o más astros.

Cada estrella que vemos en el firmamento es en verdad un sistema estelar. Las estrellas solitarias como el sol son raras y más raras las que tienen planetas que orbitan en redor de ellas.

Naturalmente, los sistemas estelares no tienen planetas porque la gravedad de unas y otras las haría colapsar. Puede haber planetas, otrosí orbitando las estrellas solitarias, pero son la excepción y no la regla.

Los planetas de otras estrellas, cuando los hay, son cuerpos sin vida. Planetas con vida vegetal o animal o con civilizaciones avanzadas son  ciencia-ficción.

Las distancias estelares se miden por años-luz. La luz tiene una velocidad de 300,000 kms. por segundo. Nuestro sistema estelar más cercano es Alfa de Centauro, siendo Próxima de Centauro la estrella más grande en este sistema.

Próxima se encuentra a cuatro años luz de nosotros (poco más de un parsec, medida astronómica), o sea que viajando a 300,000 kms. por segundo, llegaríamos a ésta en cuatro años.

La Vía Láctea tiene un diámetro de cien mil años-luz.

Es posible que el universo entero mida 30,000 millones de años-luz.

Las galaxias se alejan unas de otras en un universo que se expande respecto de un punto que es un estallido de luz al que se le llama big-bang, pero no es bang porque en el espacio no hay sonido sino big flash o captación del inicio de la creación, lo que equivale al fiat lux que revela la Sagrada Escritura.

Esto se percibe por medio de potentísimos radiotelescopios a 15,000,000,000 de años luz ,en los que se calcula le edad del universo.

Aquí en la tierra existe vida contra todas las probabilidades. Estadísticamente hablando, la vida no puede existir. Si existe no es por razones científicamente explicables.

De hecho, se dan las condiciones para que surja la vida: distancia adecuada respecto al sol, profundidad oceánica exacta para que no sea absorbido todo el oxígenos, eje de la tierra con la inclinación precisa  que permita que haya estaciones, lo cual favorece los ciclos vitales, composición atmosférica con el porcentaje adecuado de oxígeno etc., pero esto no basta.

Usted puede tener en su casa las condiciones para instalar una computadora: luz eléctrica, enchufes, mesa, etc., pero eso no hace que surja la computadora allí.

La vida exige una programación millones de veces más compleja que la que alimenta a la mejor computadora hoy existente. Tenemos entre doscientos a quinientos mil millones de células y cada una de ellas requiere una programación y un diseño muy superiores al cibernético.

Generación tras generación de las inteligencias más agudas del mundo han logrado el prodigio de lo que son los ordenadores actuales. ¿Cómo vamos a admitir tan estólidamente que al acaso vayan a aparecer en la tierra o en cualquier otro mundo esos prodigios sin programación alguna? 

Son pocos los que se ponen a meditar que el ateísmo no es sólo anticientífico sino que es una verdadera muestra de descerebración.

A la inteligencia infinita que programa el universo y la vida llamamos Dios.

Eso lo han sabido y declarado Newton, Volta, Einstein, Heiseneberg, Schroedinger, Dirac, Sandage y todos los más grandes sabios y científicos.

Los ateos como Sagan y Hawking no pueden explicar el universo con sus teorías de contracción y expansión eterna del universo  porque ni comprenden  el porqué de su organización o  la aparición de la vida, ni cómo podrían superar esos procesos a la entropía o segunda ley de la termodinámica.

Estos sabios, en verdad,  han propuesto principios que van en contra de la ciencia.

Ataques al Papa Benedicto siguen agenda sexista y hedonista, dice diario ruso no católico


 

MOSCÚ, 06 Abr. 10 (ACI).-Un reciente editorial del diario Pravda.ru, escrito originalmente en portugués por Artur Rosa Teixeira, explica que la actual campaña mediática difamatoria contra el Papa Benedicto XVI y la Iglesia pretende desacreditar a la Iglesia para poder seguir obteniendo beneficios económicos, a través de la imposición de una ideología que no considera la naturaleza espiritual del ser humano sino que ve todo desde una perspectiva sexista y hedonista.

En el texto Texeira comenta que estas agresiones toman "un caso aislado, preferiblemente complicado, y lo generalizan para inducir al lector a pensar que todo el cuerpo es la misma naturaleza".

"Esta generalización obviamente tiene connotaciones ideológicas y sigue una agenda política que busca deconstruir la sociedad tradicional y sus instituciones seculares así como imponer un nuevo orden mundial con la manera de los siniestros intereses de la oligarquía internacional, los mismos que manejan los mercados financieros y, a través de ellos, controlan ampliamente la economía mundial".

"De hecho –prosigue– los recientes informes de pedofilia que involucran a sacerdotes carecen de la ética periodística requerida, sin importar su gravedad moral. Ese tipo de noticias generan sospecha sobre su 'bondad' incluso en no católicos como nosotros".

Seguidamente el editorial reconoce el aporte católico a la civilización occidental y explica que al hacer esta apología no están defendiendo la pedofilia de algunos sacerdotes, que siempre debe ser condenada; y advierte también sobre la "bondad" de muchas noticias que "se concentran exclusivamente en casos de clérigos católicos" cuando estos constituyen "una pequeñísima minoría", y que buscan mostrar como "inacabables como en un panal de abejas" los contados casos.

Tras comentar algunos aspectos del caso Murphy en Estados Unidos y cómo el entonces Cardenal Ratzinger no lo encubrió sino que hizo todo lo que debía hacer, el editorial señala que "no creemos que el New York Times ignorase totalmente estos hechos. Desde aquí, se ve la mala fe y el tinte difamatorio de la campaña que se ha articulado contra la jerarquía del mundo católico".

"Y eso se entiende. El actual Pontífice, consistente con los principios de la Iglesia Católica, ha desarrollado una resistencia tenaz contra los propósitos divisorios, alentados por organizaciones seculares que buscan imponer una visión sexista y hedonista de la sociedad, reduciendo al hombre a su naturaleza humana negándole su dimensión espiritual. Estas organizaciones obviamente no han surgido 'espontáneamente' ni viven del aire… han sido creadas y son apoyadas por la cuna de tales fundaciones filantrópicas como la familia Rockefeller".

Los intereses financieros, prosigue el texto, "de estos, están ligados a un amplio rango de sectores económicos que van desde la banca, petróleo, fármacos, industria militar, etc. hasta los medios audiovisuales, que claramente cumplen una agenda dictada por la élite global a la que pertenecen".

Tras advertir que esta misma élite señala que la "humanidad debe ser reducida en un tercio de su población actual", el editorial explica que "existe una clara intención en este tipo de noticias que va mucho más allá del deseo de informar… si el mismo fenómeno no se omitiera en instituciones similares".